¿Mi trabajo dentro de la organización? Ahora estamos empezando a capacitar a la juventud -y personas que quieran-, en lo que es electricidad, refrigeración y aire acondicionado. Estamos ya arrancando en este proyecto para poder hacer una cooperativa e iniciarnos en ese trabajo.

Pensamos que es un oficio que ofrece posibilidades ya que está en alza, que la utilización de aire es cada vez mayor, y bueno, esos artefactos se rompen, o hay que colocarlos, es trabajo y un oficio.

Y estamos arrancando ya. Y yo soy especialista y como lo conozco lo pongo a disposición de la organización. Entonces si uno cree que hay que capacitar a los muchachos, bueno, es crear esa posibilidad de conseguir un trabajo. La Tupac tiene eso ¿no? Tiene una propuesta que es trabajo para todos y hace en ese sentido.

¿En Argentina? Yo tengo que agradecer a este país, aparte que es acogedor, hay muchas cosas, muchas más oportunidades, muchas más que en mi país. Agradezco porque facilita para estudiar. En mi patria es muy difícil ser pobre y estudiar. Estudian los que tienen dinero nada más. Acá he visto – lo he vivido- acondicionas el horario y es poquito de poner más empeño y ya estudiar. Y yo lo he hecho. Llegar a la noche, a la una de la mañana y al otro día temprano al trabajo. La secundaria la he hecho acá, la secundaria técnica lo hice en la noche. El año pasado terminé y me recibí de técnico.

¿Qué edad tiene, Feliciano?

Yo tengo 52 años. Pero la edad no me acompleja. Al contrario, para el estudio no hay edad. Es un ejemplo para mis hijos. Y el estudiar no tiene fin, no hay que conformarse, el saber no ocupa espacio en la cabeza, uno puede acumular conocimiento, el que uno quiere, la cultura que uno respeta.

Y en la Tupac me encuentro bien. Desde sus principios generales es que me fue así: el trabajo. Es uno de los principios de la Tupac y yo estoy de acuerdo con eso, generar trabajo, capacitarnos, y estar en la lucha por todos los beneficios que le corresponden a un trabajador

Es una vida dura la del laburante y debe uno saber llevarla. Y esta organización es un ejemplo y llevando el nombre de Tupac Amaru, que fue un revolucionario, un hombre que ha luchado contra las injusticias. Ya de chico uno estudiaba la historia del Perú. El se llamaba José Gabriel Condorcanqui, su esposa era Micaela Bastida, que es otra luchadora, otra prócer también. Ella estuvo mucho a su lado, es toda una historia, de ella y de Tupac Amaru.

Y es así. Esa identidad yo la tengo adentro. Soy de Tinta, un pueblito que se llama Tinta, es como que la sangre que ha derramado su cuerpo. La misma que quedó en las piedras en la Plaza de Armas de Cuzco. Cuando lo descuartizaron quedó la marca de la sangre como una señal. La piedra del Inca.

¿Es cierto eso?

¡Y como no! En la piedra está la sangre de Tupac. Nada pudo borrarla.

¿Y ahora, usted…?

Uno emigra, estoy bien, pero mejor estoy por estar en la Tupac. Eso uno lo lleva adentro. Es como ser identidad de uno, ¿no? Y en “la organización” como nosotros llamamos a la Tupac, se está cómodo. Cómodo porque uno sabe perfectamente para qué lado está empujando el carro. Si uno pelea porque un chico tenga una copa de leche, si no pelea porque un muchachito, una chica tenga un oficio y la estimula para que busque trabajo, si uno está en ese lugar, al menos, yo, me siento cómodo.

¿No hay contradicción?

No. Cuando se hace lo que se piensa.

¿Y la Tupac va así?

Es lo cierto. El derecho a la vida digna, y la vida digna tiene un eje principal el trabajo. Como dije antes, la organización tiene ese eje como centro, además los derechos que debe tener cada persona, la educación, la salud. Eso hace que uno se sienta parte de un grupo, de compañeros, compañeras que empujan para ese lado. Y está el pensar que la historia esta de nuestros pueblos ¿no? Venimos rescatando o dándole para que todos vean que hay una historia que sigue viva, que nuestros pueblos tienen memoria, y tienen su cultura y la defienden. En la lucha, para resumir. Ahí estoy.