Un abrazo por el Lagleyze
Hospitales en terapia intensiva
Viernes 5 de marzo de 2010, por Carlos Saglul *

Un plenario de trabajadores de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE-CTA) decidió anoche un paro por 24 horas de los hospitales porteños y un abrazo al Hospital Lagleyse, que según se denunció pretende ser cerrado por el gobierno porteño. En diálogo con ACTA, el secretario general de ese gremio, Rodolfo Arrechea, denunció la situación ruinosa de casi todos los nosocomios dependientes del gobierno de la ciudad.

Los afiliados a la Asociación Trabajadores del Estado (ATE-CTA) reclamarán hoy en la puerta del Hospital Oftalmológico Lagleyze, cuyo cierre fue ordenado por el gobierno porteño por tiempo indeterminado– según se alego- a raíz de los daños producidos por las inundaciones.

Además está prevista la realización de un corte de calle y un abrazo al edificio, ubicado en Juan B. Justo al 4100.

En la convocatoria a la medida, la Asocación de Trabajadores del Estado señaló que, el gobierno de Mauricio Macri "mientras desmantela las estructuras del Estado, se jacta de su eficacia administrativa, pero por segundo mes consecutivo liquida mal los salarios, continúa con las cesantías y el no pago de los salarios”.

Arrechea afirmó a ACTA que “el paro es para pedirle garantías al Jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri de no se cerrara este nosocomio, que sospechamos es apenás parte, de una larga lista”.

El dirigente estatal informó que el estado del Lagleise, si bien no le impiede seguir funcionando, "llegó a las condiciones actuales por la falta de una polìtica de salud del gobierno porteño, salvo que por política se entienda dejar en ruinas las instituciones que atienden a la salud pública porteña".

El secretario general de ATE, enfatizó que el Lagleyse es sólo una muestra ya que “en el Hospital de Gastroenterología se caen los techos del quirofano, hace rato falta gas en el Hospital del Quemado, el Rivadavia tiene todas sus obras paralizadas y no es mejor la situación de la mayoría de las instituciones”.

Arrechea subrayó que “la comunidad debe entender que este ya no es un conflicto gremial. Está en juego es la salud pública, y la situación no se revierte si no es con la participación de todos”.

En este sentido, recordó la presencia multisectorial que rodeó las anteriores movilizaciones, desde organismos de derechos humanos a partidos políticos.

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