Derechos humanos
Masiva manifestación en Córdoba
Jueves 25 de marzo de 2010, por Katy Garcia *

Más de 25 mil personas marcharon por las calles de la ciudad de Córdpba por un país para todos y todas. Por la mañana, el ex centro de detención clandestina campo de La Ribera quedó inaugurado como espacio de la memoria y en barrio Congreso, una plaza lleva el nombre Madres de Plaza de Mayo. Activa participación de la CTA.

La movilización es la actividad política central que la sociedad elige para expresar su rechazo al terrorismo de Estado ocurrido durante la última dictadura cívico militar implantada en 1976. Como ya es costumbre, partió de la esquina de Cañada y avenida Colón para finalizar en la Plaza San Martín con la lectura de un documento y la actuación de grupos musicales.

En barrio Congreso, una plaza fue denominada Madres de Plaza de Mayo y el campo de la Ribera declarado espacio de memoria.

Detrás de una gran bandera negra, cuya consigna escrita en letras rojas anunciaba: Por un país para todos /Justicia para todos, se ubicaron los representantes de los organismos de derechos humanos Madres, y Abuelas de Plaza de Mayo, Hijos y Familiares de Desaparecidos y detenidos por Razones políticas, Ex Presos políticos entre otros.

Importantes columnas de trabajadores organizados y de organizaciones territoriales actualizaron las demandas por el acceso a derechos fundamentales como trabajo digno, vivienda, salud, educación y justicia.

Un documento crítico alertó sobre los conflictos actuales y reclamó soluciones. La lectura estuvo a cargo de miembros de distintas organizaciones locales. Sobre el final, se produjo un intercambio de remeras simbolizando que la lucha es una sola.

En esa línea, también aparecieron la persecución sindical materializada en juicios y en traslados compulsivos denunciados por los sindicatos de Luz y Fuerza, el Sindicato Único de Trabajadores y empleados municipales (SUOEM) y la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE-CTA).

Cobró fuerza la exigencia de que tenga fecha de inicio el juicio de la Unidad Penitenciaria Nº 1; el riesgo de que 150 familias queden en la calle por el abandono de las patronales de la fábrica Bicupiro en Oncativo y de la emisora LV2 en Córdoba, la necesidad de eliminar el Código de Faltas que persigue a jóvenes pobres de los barrios y a las Trabajadoras Sexuales de la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina (AMMAR-CTA).

Un militante de Andalgalá denunció los atropellos a que son sometidos los habitantes del lugar que pelean en contra de la política minera.

La alegría y el color fue aportada por las murgas, actividad artística y participativa que se extiende cada vez más por los barrios. Cientos de jóvenes se apropiaron del espacio público y dieron rienda suelta al baile al ritmo de los tambores. Las banderas de los pueblos originarios, le dieron un tinte latinoamericano al encuentro

Banderas en lucha flamearon por las calles de la ciudad testimoniando la continuidad histótrica entre las luchas de ayer y hoy. Así, Trabajadores de LV2, CTA, Círculo Sindical de la Prensa y la Comunicación de Córdoba (Cispren-CTA), Asociación Gremial Empleados del Poder Judicial de la Provincia de Córdoba (AGEPJ-CVTA), UEPC, Organización Barrial Tupac Amaru-CTA, Movimiento Sur, Frente Cívico, Unión Obrera Gráfica Cordobesa, Carta Abierta, Centro de Estudiantes del Manuel Belgrano, La Bisagra, FUC, Barrios de Pie, Partido Comunista, Proyecto Sur, Agrupación Montoneros, entre otras.

La convocatoria y organización del evento fue realizada por la Mesa de Trabajo por los Derechos Humanos y congregó a movimientos sociales, organizaciones políticas, estudiantiles, y sindicales.

La Plaza

Por iniciativa de los vecinos una plaza lleva el nombre de Madres de Plaza de Mayo.

Estuvieron presentes el intendente Daniel Giacomino, el director de derechos humanos de la Municipalidad y secretario adjunto de la CTA Córdoba, Luis Miguel Baroneto, la Abuela de Plaza de Mayo, Sonia Torres y Pituca Avendaño vecina de la zona y representante de las Madres.

También asistieron funcionarios municipales, militantes barriales y vecinos del lugar. Carlos Brepe, presidente del Centro Vecinal, dirigiéndose a Pituca y a Sonia ponderó “las agallas que estas mujeres tuvieron para denunciar aquí y en foros internacionales lo que estaba ocurriendo”.

Apenas iniciado el acto, vecinos presentes desplegaron carteles que interpelaban directamente al Intendente Giacomino por la carencia de luz, agua, asfalto y la presencia de basurales. Ante esta situación, en principio incómoda, el vecinalista recordó que los problemas de la zona sur son enormes y que no era “aguar la fiesta” sino aprovechar el momento para ser escuchados. El centro vecinal queda pegado a la plaza y fue construido por los vecinos durante la gestión de Luis Juez.

Por su parte, Luis "Vitín" Baroneto, agradeció la presencia de luchadores sociales de la zona, entre ellas, a Pituca Avendaño, madre de desaparecidos y de una hija cuya muerte ocurrida mientras apoyaba los cortes de ruta en Cruz de Eje, nunca quedó clara.

Baroneto ligó las luchas de hoy con las de ayer protagonizadas por su generación. Tras referirse a la importancia del feriado nacional por la Memoria, la Verdad y la Justicia recordó que en aquella época era vecino de Villa El Libertador cuando comenzaron con la lucha por el agua.

Asimismo, expresó que el embrión que enfrentó luego a la dictadura no hubiera sido posible sin que “unas viejas locas decidieran quedarse en Plaza de Mayo a dar vueltas”. Reivindicó la “historia de aquellas valientes mujeres, algunas se nos han quedado en el camino y otras que siguen como Pituca y Sonia”.

Luego destacó que “los lugares de memoria, los monumentos, los museos son importantes si nos impulsan a continuar con nuestras luchas”. En ese sentido recalcó la lucha que vienen llevando adelante agrupaciones territoriales como el grupo Unhidos, la Aníbal Verón y la Tupac en la búsqueda de una vivienda digna.

En esa perspectiva puso en foco “la lucha de nuestros compañeros, amigos, hermanos desaparecidos y muertos por mejores condiciones de vida para todos y especialmente para los que menos tienen. Por eso no molestan los reclamos. Tenemos que involucrarnos y no hay que cansarse, hay que insistir, porque no es fácil arrancarles a los que tienen mucho para darle a los que no tiene nada”.

Acto seguido le pasó la posta a Pituca Avendaño quien leyó el poema Cielo libre.

El Campo de la Rivera

Del cementerio San Vicente, una calle de tierra nos conduce al campo de La Ribera, ex centro clandestino de detención y torturas. Adriana, tenía 17 años cuando “me trajeron a los tirones, con esposas, a este lugar que recién supe después de 30 años donde estaba ubicado”, comentó, en el patio del lugar, junto a los piletones donde les practicaban el submarino.

“Recuerdo con demasiada tristeza y dolor lo vivido acá. Han pasado muchos años y es poco todavía el reconocimiento a los que ya no están y que no merecieron esa muerte. Yo era una estudiante, militaba en la UES en una época convulsionada y porque creíamos que el mundo era modificable hacíamos trabajo social en los barrios. Por más de 30 años ellos siguieron viviendo como si nada. Nos queda el consuelo de que la historia los recordará como los malditos y no podrán repetirlo”.

Desde 1998, un grupo de organizaciones de la zona formaron La Red social de la Quinta. Juntos lograron reivindicaciones fundamentales como la construcción de escuelas, comedores y copas de leche. Una de sus integrantes realizó la apertura del acto que lo declaró espacio para la memoria. “Dos escuelas se convirtieron en serenas custodias del legado histórico. Las luchas de hoy son las de ayer”, afirmó. “Acompaña a las voces silenciadas y hoy podemos decir ¡presente! Marchemos, por nuestros sueños”, testimonió.

Mario Paredes, un militante de vasta trayectoria, designado Director del centro, expresó que “la generación de los 70 teníamos una ética anterior a nuestra militancia, buscamos un canal y ahora está presente también”. “Recuperamos el sitio de la mano de la comunidad, en esta barriada donde hay múltiples necesidades insatisfechas”, agregó y trajo a la memoria los nombres de luchadores de ayer como Atilio López y Cristian Funes. “Nuestro pueblo tiene una historia de lucha larga y pese a que faltan 30 mil compañeros estamos convencidos que cuando gritamos: 30 mil compañeros desaparecidos, ellos también se hacen presentes”, subrayó.

Vecinos de la zona también reclamaron mediante carteles la satisfacción de necesidades básicas.

Fuente: www.prensared.com.ar


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Equipo de Comunicación de la CTA Córdoba.

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