Su fundador, Alipio "Tito" Paoletti, no sólo fue uno de los grandes periodistas latinoamericanos del siglo veinte, sino también uno de los intelectuales más lúcidos de su tiempo, que logró fusionar periodismo y cultura popular en las agitadas décadas del ´60 y ´70.

Nacido en Avellaneda, "Tito" Paoletti se radicó en La Rioja, donde entregó sus mejores años al periodismo, entendido como el ejercicio de la conciencia cívica al servicio del pueblo. De ese pueblo riojano que lo subyugó desde un principio y al que se entregó en cuerpo y alma. En aquellos años de lucha por sacar adelante su diario forjó una entrañable amistad con un obispo cordobés que apenas pisó suelo riojano hizo propios los sufrimientos y padeceres de los despojados por el sistema: monseñor Enrique Angelelli. Fue una simbiosis extraña: el periodista que solía enorgullecerse de su ateísmo militante se convirtió en un virtual hermano del obispo que predicaba la palabra de Dios "con un oído en el pueblo y otro en el Evangelio".

El libro de Guillermo Alfieri, periodista de raza que acompañó a Paoletti en El Independiente hasta que ambos fueron expulsados a instancia de los represores de la última dictadura militar, es un justo y esperado homenaje a uno de los prohombres de la historia del periodismo contemporáneo en el país. Es, además, la historia de un hombre consustanciado con los ideales revolucionarios de una generación que terminaría siendo diezmada o confinada al exilio. Pero también es un testimonio irrefutable de la desvergüenza, la obsecuencia y la impunidad de quienes fueron sus compañeros de trabajo y terminaron expulsando a Paoletti, Alfieri y otra decena de periodistas del diario que ellos mismos habían fundado.

Después de leer el libro de Alfieri no cuesta entender el oficialismo denigrante que practicó El Independiente con los jerarcas de la dictadura militar y los sucesivos gobernadores de la limitada democracia riojana. Por temor, por imposición, por subordinación o por conveniencia económica, el diario que fundó Paoletti se convirtió en su contracara: un periódico servil al poder de turno, subvencionado con fondos oficiales y dirigido por una pseudo cooperativa que precariza el trabajo de la mayoría de sus periodistas para que un reducido grupo de elite goce de todo tipo de prebendas.

Con valentía personal y profesional, pero sobre todo con oficio -el libro acumula pruebas incontrastables sobre el despojo al que sometieron a Paoletti-, la pluma de Alfieri deja al desnudo la hipocresía y la bajeza profesional y moral de quienes no dudaron en cantar loas al régimen militar para reconvertir un diario revolucionario en un deslucido pasquín oficialista. La ironía del autor muestra incluso cómo ese grupo vergonzante que hoy administra El Independiente usufructúa una historia que ellos mismos tergiversan para aprovecharse de la historia del cooperativismo omitiendo al periodista que resignó su propio emprendimiento para compartirlo con sus compañeros de trabajo.

Pese a esta infame y probada traición, en la biografía escrita por Alfieri se destaca la grandeza de Paoletti, expulsado de la cooperativa en base a una firma apócrifa escrita mientras él pasaba de la clandestinidad al exilio.

La investigación deja en claro la complicidad de una Justicia que demoró años en realizar una simple pericia caligráfica que desenmascararía a quienes se apoderaron del diario y restituiría a su fundador expulsado.

"El expediente quedó atrapado en el letargo de los pasos procesales. Paoletti murió en 1986; casi veinte años después falleció Lily Santochi (su esposa), sabiendo que los folios de la causa por defraudación, falsificación y asociación ilícita acumularon el polvo de la inmovilidad", escribe Alfieri en una cruda postal de la indignante morosidad judicial riojana.

El libro cuenta el doloroso exilio de Paoletti en Europa y su entrañable relación con el escritor Julio Cortázar; su presuroso regreso al país apenas la dictadura comenzó a desmoronarse luego de la aventura de Malvinas y su trabajo incesante por denunciar la masacre perpetrada por el terrorismo de Estado, reflejada en su libro "Como los nazis, como en Vietnam. Los campos de concentración en la Argentina", documento fundamental para comprender el esquema represivo impuesto por la dictadura, que sería utilizado en distintos estrados judiciales como prueba para sentar en el banquillo de los acusados a los responsables del genocidio argentino.

El libro de Alfieri impacta por su honestidad: el lector no encontrará ambigüedades ni pretendidas justificaciones históricas, sino la cruda verdad sobre el despojo más vergonzante de un grupo de "cooperativistas" a uno de los suyos. Alfieri, tal vez sin proponérselo, no sólo deja en evidencia a los mediocres que se quedaron con Copegraf (la cooperativa que aún hoy edita el diario El Independiente), sino que muestra a "Tito" Paoletti en toda su dimensión humana: un luchador de la palabra y de las ideas, un hombre sencillo que era feliz contemplando la sonrisa de su esposa o estrechando en un "abrazo de oso" a sus hijos.

A través de valiosos testimonios de familiares y amigos de "Tito", Alfieri muestra a un Paoletti auténtico, humano, pletórico de virtudes y defectos; un grandote tierno y peleador que no soportó la impunidad de la Argentina lacerada en la que le tocó vivir.

"El libro de Alipio Tito Paoletti" es un soplo de aire fresco en el camino de la reconstrucción de la memoria colectiva. Es un retrato puntilloso y apasionado de un hombre que no sólo cambió la historia del periodismo riojano, sino que ocupa un lugar destacado entre los grandes periodistas del país y de América Latina en el Siglo XX.