Los referentes de diversas organizaciones campesinas de las provincias de Formosa, Misiones, Chaco y Corrientes informaran sobre la situación del campo en temas como Tierra, Organización campesina, Situación social, Producción, Infraestructura, para luego trabajar en talleres y elaborar propuestas sobre Tierra, Organización productiva, Infraestructura, Vivienda, Energía, Agua, Comunicación, Transporte y la elaboración de estrategias y el Plan de Acción.

Está previsto que el viernes por la tarde una delegación del Encuentro Campesino se dirija a la Casa de Gobierno Provincial para presentar un petitorio y el rechazo contundente a los proyectos de Ayuí, la represa de Garabí y las Pasteras.

El objetivo fundamental del Encuentro es proponer discutir y resolver, movilizarse en una campaña de lucha contra la desnutrición en nuestros pueblos, que implica necesariamente, más territorio para la producción campesina, protegiendo a la Madre Tierra; con más organización social comunitaria y más políticas públicas que sostengan las transformaciones.

El Encuentro se desarrollará el viernes en España 612, sede de la Asociación Trabajadors del Estado (ATE-CTA) y el sábado en Avenida Juan de Vera 1497 sede del Centro Integral de Actividades Comunitarias (CIAC-CTA), estando previsto el cierre el 1º de mayo al mediodía con una fiesta popular conmemorando el Día del Trabajador.

Convocatoria

"La actual crisis mundial es, sin ninguna duda, una crisis sistémica, que esta reconocida por los propios países “desarrollados”, donde desde hace unos años se ha asumido globalmente la existencia de las crisis: Alimentaria, Energética, del Agua y Climática.

Consideramos que por ello, en América Latina, estamos ante una oportunidad de salida de la crisis construyendo otro sistema. Es imprescindible, entonces, dar una respuesta sistémica, dándonos políticas desde los movimientos sociales de la región, que respondan a todas estas crisis. Esto nos exige constituirnos, como movimiento campesino, en sujetos políticos activos en la construcción cotidiana de la unidad popular.

Es urgente un cambio del modelo productivo y de consumo. Por lo que, resulta necesario que las políticas públicas estén orientadas para la transformación del sistema, entendiendo que el sujeto de la transformación está en nosotros, los trabajadores del campo y también, de la ciudad. Estamos en una disputa cultural histórica, ante una crisis terminal, puesto que si no terminamos con este sistema, el sistema termina con nosotros.

No tenemos alternativa, ellos siguen en ofensiva, apropiándose de los recursos naturales, de la tierra, de los medios de producción y de las grandes rentas que constituyen un verdadero saqueo del patrimonio popular. El avance de las transnacionales y de las oligarquías, sigue expulsando a los pueblos originarios de sus territorios, a los campesinos de sus tierras y en la ciudad, la especulación financiera esta, también, en el negocio inmobiliario. Cada vez tenemos menos lugar, estamos acorralados y a nuestro alrededor, vemos explotación, contaminación, destrucción y muerte. No alcanza con defenderse, necesitamos recuperar lo necesario para vivir, pero vivir bien.

Por todo ello, nos convocamos a movilizarnos, también a la ofensiva, a la lucha por la vida y en libertad, es imprescindible defender nuestra Madre Tierra, puesto que el modelo destructivo de la naturaleza está poniendo en peligro la vida misma de la humanidad.

Estamos en tiempo de una lucha histórica, de liberación definitiva de los pueblos de América latina. Hacerla realidad, implica la construcción de nuestra Soberanía popular. Y la más elemental de las necesidades para vivir, la soberanía alimentaria, solo es posible si tenemos soberanía territorial.

La Soberanía alimentaria exige Reforma agraria, una profunda reforma de la Propiedad de la tierra.

En nuestra región

La ofensiva del sistema (en crisis) en las últimas décadas, producto de las políticas neoliberales, se expresó claramente en una mayor concentración de la tierra, además de su extranjerización, en el avance del monocultivo sojero y forestal, en emprendimientos de industrias “basuras”, de uso intensivo de energía y de agua, altamente contaminantes; además, este avance se produce a costa de la expulsión de los pueblos indígenas de sus territorio y de comunidades campesinas de sus tierras, quienes junto a los miles de desocupados urbanos, terminan, incrementando la miseria, hacinados en las villas con-urbanas de las ciudades.

Nuestra región esta en el corazón del cono sur, territorio de una importante riqueza basada en su biodiversidad, región del monte chaqueño, del humedal de la cuenca hídrica del guaray y de la selva misionera. Sin embargo, este modelo depredador de recursos y explotador de trabajadores y pueblos, nos llevó a ser la región argentina con más Pobreza e índice de mortalidad por Hambre del país. Los responsables de esta realidad están claramente identificados, son los que históricamente se apropiaron de nuestras riquezas, son las oligarquías terratenientes, ahora además, asociados a transnacionales, que utilizan los recursos del Estado para garantizar su acumulación de bienes y riqueza.

Necesitamos terminar, con estas políticas en la región, con las empresas explotadoras-depredadoras, para recuperar lo perdido y poder construir una sociedad donde todos podamos vivir dignamente.

Somos conscientes de la lucha histórica campesina, de la que reivindicamos las Ligas agrarias, pero hoy necesitamos constituirnos en sujetos de transformación del sistema, para ello es imprescindible construir un poder constituyente con la Unidad política social de los sujetos sociales, del campo y la ciudad, integrados en una estrategia de construcción de nuevas formas de relación socio-económica, pero que se exprese concretamente en la Unidad de Acción que nos movilice cotidianamente hacia la transformación.

Por ello, esta convocatoria tiene como meta avanzar en el desarrollo de acciones concretas que ataquen la esencia de las crisis generadas por el sistema.

La acción más integradora, es la que nos pone ante la crisis Alimentaria, que debemos resolverla, con urgencia, con la construcción concreta de la Soberanía Alimentaria, soberanía que radica en la recuperación de nuestra Cultura agroalimentaria. Por ello, debemos discutir y asumir un trabajo planificado de recuperación de la producción tradicional, de nuestra agricultura regional, partiendo de una reestructuración territorial que nos permita desarrollar un modelo productivo con el objetivo de lograr que nuestra región sea un área libre de desnutrición.

Son muchos los encuentros que llevamos reconociendo, desde nuestra propia experiencia, el diagnostico de la crisis que para nosotros es permanente. Es importante conocer nuestra realidad con profundidad, pero ahora necesitamos de una decisión política de nuestros movimientos: la unidad de acción para Avanzar, porque solo podemos avanzar juntos.

Proponemos discutir y resolver, movilizarnos en una campaña de lucha contra la desnutrición en nuestros pueblos, que implica necesariamente, más territorio para la producción campesina, protegiendo a la Madre Tierra; con más organización social comunitaria y más políticas públicas que sostengan las transformaciones".