
La “Libertad de Expresión” como parte esencial de Declaraciones, Derechos y Garantías contenidos en el Capítulo I, Primera Parte, Art. 14 de nuestra Constitución Nacional es algo infinitamente valiosa como para que sea denostada por quien pretende erigirse en el paladín de la defensa de tamaño derecho, el doctor Carlos Enrique Gamond.
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* Secretario de Comunicación y Difusión de la CTA Río Cuarto |
El director de Diario PUNTAL Río Cuarto y PUNTAL Villa María, carece de autoridad e idoneidad para referirse a la “Libertad de Expresión”, cuando cotidianamente coarta, cercena y obstruye el ejercicio de ese derecho y garantía a los trabajadores de esas dos empresas.
Mal puede ser justamente Gamond el presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) y menos puede considerar agraviantes las expresiones atribuidas a Víctor Hugo Morales respecto de que las empresas agrupadas en ADEPA despiden, someten y condicionan a los periodistas.
Al menos él, debe guardar silencio, pues es el ideólogo y ejecutor –junto a otros personajes que lo acompañan en lugares estratégicos de sus empresas- de las más deleznables prácticas contrarias a la libertad en su concepción más amplia y genuina.
Miente cuando asegura que comparte la tarea diaria con los trabajadores y que no los persigue o no les provoca daño alguno. Con su arribo a PUNTAL en Río Cuarto –en los albores de los ’90- se instaló el terror y la persecución; despidos a quienes osaban pensar distinto; hostigamiento y “congelamiento” a trabajadores que representan a sus compañeros y defiendan derechos consagrados en los Convenios Colectivos de Trabajo y el Estatuto del Periodista Profesional y del Personal Administrativo de Empresas Periodísticas; prohibición y/o amedrentación a los trabajadores a participar en asambleas, aún aquellas pertinentes como son las que informadas ante el Ministerio de Trabajo de la Nación –con representantes de la empresa convalidándolo- los trabajadores disponen en cada negociación paritaria.
La lista prosigue: imposición –violando cláusulas convencionales vigentes- de horarios y jornadas de descanso contrarias a las establecidas; aplicación a rajatabla de la multiplicidad de labores cuando esto no corresponde según la calificación profesional de cada trabajador. Rapiña –desde septiembre de 2004- el 50% de la bonificación convencional en concepto de antigüedad a todos los trabajadores amparados en el CCT de prensa; también lo hace hacia fuera del diario, rapiñándole –también- el 50% del valor de tapa del diario a los canillitas, desde hace casi 20 años, en este caso, con la complicidad –en aquel momento- de quien fuera secretario general de SIVENDIA, Camilo González.
No abona –y tampoco compensa como lo establece el CCT- los feriados periodísticos trabajados; otorga menos días de licencia de lo que legalmente corresponde. Y como si esto no bastara, desde hace casi dos años, ordenó encadenar las sillas de los escritorios de redacción. Se trata de una medida simbólica de sometimiento, servidumbre y esclavitud, paradigmáticas.
Asegura que la “rema” para sostenerse en la actividad. Los trabajadores de prensa de Diario PUNTAL de Río Cuarto tuvieron acceso, luego de un paciente trabajo investigativo a los números finos que produce Editorial Fudamento S.A.
El resultado exime de comentarios: La masa salarial no supera el 12% de los ingresos totales de la empresa y se incrementaría e un 1 ó 2% más si la empresa no le extrajera parte del salario a sus trabajadores y a los vendedores de diarios. La pormenorizada información obtenida nunca fue respondida. Su silencio convalida la legitimidad y exactitud de la información obtenida y difundida al universo de los trabajadores de la empresa.
Lo que sí defiende es la “Libertad de Empresa”, que no es lo mismo que la “Libertad de Prensa” o “Libertad de Expresión”, pues sus prácticas apuntan a profundizar la primera idea, en desmedro de las otras dos. Este posicionamiento ha sido denunciado –y lo seguirá siendo, mientras no haya una sincera democratización y ejercicio pleno de los derechos correspondientes, hacia dentro de las empresas periodísticas que conforman ADEPA- por el Círculo Sindical de la Prensa y Comunicación de Córdoba (CISPREN-CTA) en la provincia y en el resto del país por otras organizaciones sindicales hermanas.
La “Libertad de Empresa” que sostiene ADEPA no considera a la información y la expresión como libertades que no pueden enajenarse, ni tampoco como valores democráticos y un derecho que trasciende a los medios y a los trabajadores de la prensa: un derecho de la sociedad en su conjunto. La bandera que enarbola la organización patronal apunta a sostener los grupos oligopólicos y obtener un poder que les permita someter a todo aquel que se le oponga a como dé lugar.
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