
Conmemorar el Día del Periodista es una buena oportunidad para reflexionar acerca de los principios, virtudes y coherencias de argentinos como el libertario Mariano Moreno -fundador de la Gazeta-, del militante popular Rodolfo Walsh y de tantos otros periodistas-trabajadores de prensa.
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* Secretario Adjunto de la CTA Corrientes |
No fue casual que en La Gazeta de Buenos Ayres escribieran patriotas como Manuel Belgrano, Juan José Castelli, Bernardo de Monteagudo y que Walsh dirigiera el semanario de una central obrera.
Esta fecha nos indica la necesidad de realizar un profundo análisis y reflexión de la Comunicación en general y de los periodistas-trabajadores de prensa en particular.
En este “mundo globalizado” a partir de la imposición del modelo neoliberal, no escapa a nadie que la síntesis de lo que denominamos y señalamos como “concentración de la riqueza en pocas manos” se da precisamente y en forma más cruda en la propiedad de los Medios de Comunicación.
Tal es así, que tan sólo cuatro o cinco megacorporaciones son propietarias de los medios a nivel planetario, y de ellas hacia los continentes y países, como en el caso de la Argentina de los conocidos Multimedios. No tan sólo engloban a las cadenas de televisión, sino también la gráfica, editoriales, espectáculos, radios, redes informáticas, agencias de noticias, etc.
Menos del 1% de los habitantes a nivel mundial y en el país son propietarios de las herramientas comunicacionales; entonces, mal podemos hablar de democracia informativa. El control ideológico que en otras épocas lo hacían las dictaduras, hoy lo ejercen los grandes medios de comunicación.
Corrientes no escapa a las situaciones descriptas, tanto a nivel de los medios como de los trabajadores, obviamente con sus propias particularidades.
La aprobación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual marca un punto de inflexión y no es casual la oposición a ella por parte de los grandes grupos económicos y sus fieles servidores desde la política.
Porque son necesarios nuevos medios públicos, pluralistas y con participación activa de los trabajadores de la comunicación y la cultura. Es importante que se continúen desarrollando y consolidando las radios comunitarias, que las cooperativas, mutuales, las organizaciones culturales, sociales, gremiales y estudiantiles puedan acceder libremente a tener una frecuencia de emisoras AM o FM.
Es importante el fortalecimiento de los pequeños y medianos medios locales o regionales, que expresan una rica diversidad cultural y social y que construyen cotidianamente una comunicación y una cultura por fuera de los monopolios comunicacionales.
Debemos asumir la defensa del trabajo periodístico, del trabajo en los diversos medios de comunicación, como condición necesaria para que el derecho a la Información sea respetado como lo que es: Un derecho humano.
Que nadie se haga el distraído: Los trabajadores de la comunicación no debemos ni podemos ser invitados de piedra en la discusión sobre qué comunicación queremos
Es fundamental sincerar determinadas afirmaciones, como aquellas que hablan del “periodismo independiente” o de la “objetividad periodística” o de que “el único interés es la verdad”. Sabemos que son sólo slogan.
Seamos concientes de que detrás de cada información hay un interés, ya sea económico, ideológico, empresarial, corporativo, religioso, individual, sectorial, etc. Lo que importa es en que lugar está situado el Periodista: del lado de los intereses populares o del lado individual, de un grupo económico, o del gobierno de turno. No hay espacios para los neutrales, porque no existe la neutralidad.
El periodista-trabajador de prensa no es alguien aséptico, que se sitúa en lo más alto de la pirámide y observa y opina, es un ser humano como cualquiera, con sentimientos, intereses, virtudes y defectos. Porque nadie tiene la verdad absoluta, cada uno somos una isla de verdad.
Si bien es cierto, que un determinado acontecimiento tiene diversas visiones periodísticas, lo que no se puede ni se debe es negar es su existencia.
Por ello, lo de reflexionar en esta fecha viene muy bien, en el Bicentenario de la Patria, de revisar nuestra rica historia -local, regional, nacional y latinoamericana-, de desenmascarar la “historia oficial”, de profundizar la investigación periodística, de no repetir discursos armados desde los grandes medios o de los gobiernos de turnos.
Fueron muchos los periodistas-trabajadores de prensa que dejaron sus vidas en la búsqueda de la información y los siguen habiendo, asesinados, desaparecidos, torturados. Es imprescindible a la profesión del periodista-trabajador de prensa acompañarlo con el compromiso militante.
Que el Día del Periodista sea más que nada un día de reflexión y de reasumir compromisos.
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