
Con el objetivo de seguir fortaleciendo sus lazos con el movimiento sindical internacional, la CTA participó recientemente del 19 Congreso Federal de la Confederación Alemana de Sindicatos (DGB) y estará presente en los próximos días en el encuentro de la Confederación Sindical Internacional (CSI) que se realizará en Vancouver entre el 21 y 25 de junio.
“Es importante participar de este congreso en tanto permite fortalecer nuestros lazos con el movimiento sindical alemán, relación que venimos estrechando con el crecimiento de la CTA y con nuestra participación en la construcción de la Confederación Sindical Internacional. Es importante sostener estos vínculos en tanto a mayor organización más poder para obtener resultados concretos a la hora de luchar por los derechos de los trabajadores”, indicó Pedro Wasiejko, quien participó en representación de la Central en el encuentro desarrollado en Berlín y asistirá al que se realizará en Canadá los próximos días.
La apertura del encuentro de la DGB que realizó su Congreso bajo el lema “Trabajo, Justicia, Solidaridad”, entre el 16 y el 20 de mayo en Berlín, estuvo a cargo de la canciller alemana, Angela Merkel; del alcalde gobernante de Berlin, Klaus Wowereit y del presidente de la DGB, Michael Sommer.
Wasiejko relató que Sommer inauguró el evento “con el planteo de una serie de reivindicaciones necesarias para la etapa actual que está viviendo la clase trabajadora de Alemania. Llamó la atención el planteo de un salario mínimo. De este tema, tiempo atrás, ni se hacía mención y fue uno de los ejes del Congreso. Hoy la central tiene un fuerte planteo respecto a la necesidad de un salario mínimo para todos los trabajadores de 8,50 euros. Tanto la Canciller como los sectores empresariales se mostraron en contra, defendiendo la autonomía de los negociadores y la autonomía de los estados federales en cuanto a la fijación de las políticas laborales en su territorio. En este tema la central apareció con un planteo progresista, que cuida los aspectos esenciales del modelo del Estado de bienestar, fundamentalmente para los sectores más vulnerables a los efectos de esta crisis global de la cual no es ajena Alemania”.
A su vez, medidas tendientes a la protección de la niñez y la oposición a la extensión de la edad para ingresar al sistema jubilatorio, tal como lo plantea el gobierno actual, fueron otros de los ejes del Congreso. Según Wasiejko, un problema que “se planteó como grave y que requiere de políticas estatales es el tema de los jóvenes que abandonan los estudios. Para un país cuya principal actividad es la exportación de bienes de capital es imprescindible generar desarrollo del conocimiento. Por un lado, Alemania tiene actualmente el problema de muchas parejas que no quieren tener hijos. A partir de esto se genera a futuro un gran inconveniente para sostener el sistema jubilatorio en tanto cae la masa de trabajadores que puedan realizar aportes. Por otra parte, el abandono de los estudios secundarios y la reducción de ingresantes a la universidad generan un gran inconveniente para lo que es la actividad principal del país. En este sentido se produjo una discusión muy interesante sobre las directrices que se deben implementar respecto a este tema desde el movimiento sindical reclamando la aplicación de políticas estatales que permitan revertir la situación”, explicó.
En cuanto al aspecto internacional, la crisis global y la situación particular de Europa y de Grecia fueron tema de discusión en el congreso. “Las conclusiones respecto a estos puntos giraron en torno a la necesidad de buscar salidas alternativas. Para la gran mayoría es muy claro que de la crisis no se sale con la aplicación de las políticas que propone la derecha, como el ajuste. En este sentido, la opción que adoptó Argentina para salir de la crisis que atravesó en el 2001 se propone como una opción a tener en cuenta a la hora de enfrentar situaciones como la que están viviendo algunos países como Grecia”.
También tuvo lugar en el encuentro “un debate profundo sobre el sistema financiero. Se planteó la necesidad de exigir a los países que integran el G20 medidas de control hacia el capital financiero. Fue un paso muy importante que el gobierno de Merkel, el día posterior al Congreso, enviara al parlamento un Proyecto de Ley para aplicar un impuesto a los movimientos financieros internacionales. Esto le permitiría recaudar 20 mil millones de euros anuales. Que Alemania, que se resistía a esto aplique una medida en esta dirección es un paso importante. Así que habrá una fuerte presión del movimiento sindical alemán, europeo e internacional para que el G20 aplique este tipo de medidas. Si Alemania lo hace y Francia acompaña, habría que ver que hacen Italia e Inglaterra”, señaló.
El de Vancouver será el Primer Congreso que la CSI realizará después de su acto fundacional, que se tuvo lugar en Viena en el 2006. La importancia del Congreso radica en que constituye la suprema autoridad en la determinación del programa y la política de la Confederación que nació para unir y movilizar a las fuerzas democráticas e independientes del sindicalismo mundial, a fi n de aportar una representación efectiva a los trabajadores y trabajadoras, independientemente de dónde trabajen y en qué condiciones.
“La participación de la CTA en el Congreso fundacional y en el próximo encuentro que se realizara en Canadá es una pieza clave para el debate de los sectores más de izquierda y progresistas del movimiento sindical internacional”, señaló Wasiejko. Tras este encuentro, se realizará en Toronto el del G20. “Se llevará, a través de un documento que se emitirá en Vancouver, la voz de los trabajadores y se expresarán las necesidades de los sectores postergados y la posición de los movimientos populares ante todos los presidentes del G20”, indicó Wasiejko.
Según el secretario adjunto de la CTA, la presencia en el encuentro de la CSI de algunos de los presidentes que participan del G20, como Luis Inácio Lula da Silva, “permite un diálogo entre el poder político y el movimiento sindical que puede resultar en algún tipo de decisiones, sobre todo respecto a la gobernabilidad del sistema mundial. El sistema financiero, los bancos, los grandes grupos económicos no tienen ningún tipo de control ni de gobernabilidad salvo el de sus propios intereses. Entonces, el hecho de que se empiece a discutir la necesidad de instrumentos para controlar estas cuestiones es de fundamental importancia y en esto cumplen un papel clave las organizaciones del movimiento sindical que en este momento son las únicas que tienen la capacidad y el poder de hacer estos planteos”.
Según Wasiejko, la CSI ha cumplido, desde su fundación, “un rol importante en los diferentes países para que se firmen las resoluciones de la OIT, sobre todo en lo que tiene que ver con salario mínimo, con cuestiones vinculadas a la seguridad social, con las protecciones básicas de los trabajadores”. Por último, señaló, en vistas al próximo Congreso, que “la cuestión de presionar ante la situación de crisis para que las consecuencias no la paguen los trabajadores obliga a los gobiernos a tomar decisiones que no solo apunten a salvar a los grandes bancos y corporaciones sino también a contemplar los intereses de los sectores más afectados”.
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