
La Organización Barrial Tupac Amaru construye en el barrio Villa Libertador de Córdoba 80 viviendas, un taller textil y una piscina comunitaria. Todo, con mano de obra propia. Se trata de romper con el negocio de la pobreza y el clientelismo.
Cuando decimos “construye” lo hacemos en el sentido más literal: son los propios integrantes, con pico y pala en mano, los que hacen los cimientos y ponen uno a uno los ladrillos.
“Cuando nos cuentan que los compañeros venden las casas es porque en realidad no participan del proceso. Es un problema cultura profundo que el Estado no lo aborda por una cuestión de clientelismo y porque la pobreza es un negocio”, reflexiona Sergio Costigliolo, un ex militante del Partido Comunista hoy en la Tupac.
La organización se hizo famosa cuando presuntos allegados a la misma agredieron al senador radical Gerardo Morales. El senador denunció a la Tupac Amaru por “mafiosa” y supuestamente por contar con una especie de “ejército armado”. Costigliolo señala que Morales sangra por la herida porque la organización en Jujuy ha alcanzado tal desarrollo que le disputa los negocios de obra pública a cualquiera. “Esos negocios antes eran del senador y sus amigos”, apuntó el dirigente.
En lo que se conoce como el Alto Comedero, la Tupac posee en San Salvador de Jujuy un barrio de 1800 viviendas para 10.000 habitantes, con fábrica de bloques, caños y adoquines, taller textil, otro metalúrgico, un hospital, un estadio de fútbol, dos escuelas con un plan de estudios especial y un supermercado propio. En un mes, abrirá un parque acuático, con una pileta de 120 metros de largo. El barrio tiene seguridad propia.
Quienes lo visitaron por primera vez señalan que es tan imponente la obra como inenarrable. Los cronistas porteños que fueron a reportear a la líder de la Milagro Sala, dijeron que se parece a “un Estado paralelo” al de la propia provincia. “Es que si el Estado no resuelve estas cuestiones las vamos a resolver nosotros, respondió Milagro cuando le preguntaron del Estado paralelo”, dijo Costigliolo.
Todo esto se hace con fondos públicos aportados por el gobierno nacional. El diario La Nación informó recientemente que “según las planillas oficiales del Ministerio de Planificación, sólo en lo que va de 2009 ya recibió casi 100 millones de pesos para el funcionamiento de sus cooperativas de viviendas”.
Es que todos los emprendimientos de la organización están cooperativizados. “Cada integrante cobra entre 900 y 2000 pesos. Con las viviendas, gana plata. El Estado les paga como si las construyeran en seis meses, pero las terminan en cinco. La organización se guarda la diferencia y paga otros gastos”, informó el mismo diario.
Este modelo es el que se busca replicar en Córdoba, a escala más pequeña. El cupo acordado de viviendas con la Nación para Córdoba es de 200, pero por ahora la organización tiene espacio para 80. Se trata del terreno ubicado detrás del futuro Hospital de la Zona Sur, sobre calle Carmelo Ibarra. Para las 120 viviendas restantes, en tratativas con el dueño de un terreno baldío de la calle Guatimozín, que la Provincia se negó a expropiar pese a un ofrecimiento de 600 mil pesos de la organización. “Si ustedes le dicen no a todo, ¿me pueden decir para qué están?”, cuenta Costigliolo que les dijo Milagro Sala a las autoridades de Hábitat de la Provincia en una oportunidad que vino a Córdoba a apoyar una toma de tierras en Comercial.
Las viviendas -con una superficie de entre 48 y 51 metros- tienen un costo de 81.400 pesos. El taller textil -de 400 metros empleará cerca de 120 personas. Fabricará delantales y ropa de cama para los hospitales por un contrato con la Nación. El día que La Décima fue a sacar fotos al lugar, un grupo de mujeres lideradas por Olga Oliva trabajaba a la par de los hombres levantando las paredes del taller. “Es un orgullo decirle algún día a nuestros los hijos que esto lo construimos nosotros”, dijeron.
Como en Jujuy es costumbre hacer una pileta cuando se termina un barrio; lo mismo pasará en Córdoba. “Sería no sólo para los socios de la cooperativa sino para toda la Villa”, dice Costigliolo.
Uno de los aspectos que se le critican a la organización es su férrea disciplina interna, casi una prolongación de la forma de ser de Sala. Costigliolo reconoce esa faceta como necesaria para gobernar una organización de 70 mil adherentes que maneja mucho dinero. Quien quiera pertenecer lo primero que debe hacer es lograr autogestionar una Copa de Leche para un barrio. “Es nuestro proceso iniciático”, dice.
En Córdoba, alrededor de 800 niños de la Tupac la reciben. Respecto al tema de la propiedad de la vivienda, Costigliolo aclaró que los socios de la cooperativa serán los adjudicatarios, pero reconoció que hay un sistema de premios para los compañeros “que aportaron y se movilizaron más”. “No es que el que no marche se le va a quitar el lote, la casa pero…”, dijo. Oliva apuntó que quizá esos compañeros reciban las casas de las esquinas, de dos plantas.
¿Quién fue Tupac Amaru?
Fue un revolucionario peruano, descendiente de los incas, que luchó por la independencia del Perú. Se llamaba José Gabriel Condorcanqui o Quivicanqui, pero adoptó el nombre de su ancestro (Tupac Amaru) como símbolo de rebeldía contra los colonizadores.
Al momento de su ejecución, los españoles intentaron descuartizarlo vivo atando cada una de sus extremidades a sendos caballos, pero resultó infructuoso y optaron por decapitarlo y luego despedazarlo.
Fuente: Diario La Décima
Equipo de Comunicación de la Organización Barrial Tupac Amaru-CTA
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