
La líder de la Tupac Amaru recibió el apoyo de organismos sociales, de Derechos Humanos, sindicales y de funcionarios nacionales. El senador radical la señaló como la “ideóloga” de un escrache en su contra, pero no existen pruebas.
Hay que decirle basta a la desigualdad, a la inseguridad jurídica, a los jueces elegidos a dedo. Acá no vamos a besar ningún anillo, vamos a seguir exigiendo que la justicia sea del pueblo y para el pueblo”, fueron las primeras palabras de Milagro Sala al retirarse del Juzgado Federal N°1, y las casi 50 mil personas que la esperaban afuera respondieron con su propia advertencia: “Che, Morales, con la Salas no se jode nunca más.”
La dirigente de la organización social Tupac Amaru concurrió a la citación indagatoria del juez Mariano Cardozo por la causa que la involucra con los escraches al senador Gerardo Morales. Un llamado que el abogado del movimiento, Luis Paz, catalogó de “aberración jurídica”.
Sala entendió el mensaje y respondió a la persecución política redoblando la apuesta. Con las calles de la capital jujeña copadas por los cánticos, las banderas wiphala de los militantes y con el apoyo de organismos de Derechos Humanos, sindicales, Carta Abierta y funcionarios nacionales, Sala no sólo se negó a declarar por la incompetencia del juez, sino que pidió frente a la gobernación un proyecto de ley para que los magistrados sean elegidos democráticamente.
Morales había iniciado la causa en Octubre de 2009, después de ser escrachado a la salida del Consejo Profesional de Ciencias Económicas. El senador acusó a Milagro por la agresión, aún cuando ella estaba a cien kilómetros de distancia. También se despachó con otras denuncias: un supuesto vínculo con organizaciones armadas y una malversación de fondos. Paradójicamente, en ese acto el senador hizo visible uno de los movimientos sociales más grandes del país, hasta ese momento sólo conocido en Jujuy.
La Tupac Amaru es una avalancha con presencia en 16 provincias, que en menos de siete años construyó 3800 casas, más de 6 fábricas cooperativas, 3 escuelas primarias, una secundaria, un terciario y 400 centros “copa de leche”.
Durante los diez meses que el juez Cardozo estuvo a cargo de la causa no encontró ningún elemento que vincule a Sala con los huevazos de Morales. Sólo dos testimonios en agosto y de dudosa procedencia la habían acusado de ser la responsable ideológica. El juez se declaró incompetente y giró la causa a la justicia provincial. Cambió de opinión y la llamó a la indagatoria luego de que un abogado de la Tupac Amaru lo denunciara por mal desempeño ante el Consejo de la Magistratura.
“Venimos a darle fuerza a la hermana Milagro. Nosotros la tenemos que defender porque todo lo que hay ella lo ofrece a las comunidades y nosotros no tenemos ayuda de nadie”, explicó Narcisa Ríos Ortiz, quien a pesar de sus 68 años, viajó desde su comunidad guaraní en San Pedro y durmió al aire libre en la plaza de la capital, para asistir a la marcha de ayer.
Además de los pueblos originarios de la provincia, de los mapuches del sur y de la Red de Organizaciones Sociales local, Sala contó con la presencia de la responsable de la Coordinación de Políticas de Integración Social de la Cancillería, Marcela Bordenave; la periodista Sandra Russo, que acaba de publicar una biografía de la dirigente, y de Sandra Fuentealba, la mujer de Carlos, el maestro neuquino asesinado en la represión en 2007. Emocionada, porque la fecha coincidía con el aniversario de nacimiento de Carlos, Sandra resumió: “venimos a pedir una justicia completa. Hay una acción improcedente y no tendría aval ni prueba como llamar a indagatoria. Nosotros hace tres años y medio que estamos peleando por la indagatoria al ex gobernador Jorge Sobisch y a Milagro se la cita en menos de quince días por algo que no cometió.”
Fuente: Tiempo Argentino
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