La medida se desarrolló con tranquilidad hasta las 10 de la mañana, cuando una patota del Sindicato de Camioneros, encabezada por su secretario Gremial Héctor Toffoleto, irrumpió en el lugar a los golpes contra la veintena de manifestantes presentes, hasta que llegó la policía para evitar que la trifulca tornara en un enfrentamiento mayor.

Llamativamente, los representantes del gremio de Hugo Moyano se ubicaron en una de las entradas de Brinks, cual custodios, para interrumpir la protesta y facilitar la salida de los camiones de caudales.

Sin embargo, dentro de la firma, que distribuye cospeles para el transporte público de la ciudad y dinero de cajeros automáticos, los trabajadores mantuvieron la inactividad que habían decidido desde las 5.30 de la mañana, razón por la cual no se distribuyeron cospeles, aunque si salieron camiones con caudales.

“Vamos a seguir luchando para que se reincorporen a los compañeros despedidos a pesar de las amenazas que pretendan intimidarnos”, relató Marcelo Mellado, secretario General de Sirecuva.

En horas de la tarde, se presentaron el lugar funcionarios de la Ssecretaría de Trabajo de la Provincia para tomar contacto con los trabajadores y, posteriormente, convocaron a las partes a una audiencia en la cartera laboral, que se realizará hoy a las 14 horas.

“Para nosotros es un triunfo que la patronal deba sentarse a negociar, es un paso muy importante”, señaló Mellado.

El Sirecuva es un gremio simplemente inscripto que cuenta con 103 afiliados en Brinks, de un total de 150 trabajadores que integran la planta e integra la conducción de la CTA Córdoba

La CTA presente

El electo secretario General de la CTA Córdoba Capital, Guido Dreizik, estuvo presente en el lugar junto al secretario Gremial de la Central a nivel provincial, Diego Guerra, para acercar el apoyo de la CTA a los compañeros en lucha.

Consultado respecto a la irrupción de Camioneros en el conflicto, Dreizik señaló que “valoro la protesta de los compañeros porque pese al apriete patotero que sufrieron a media mañana, se mantuvieron en su puesto de lucha, y no volvieron a trabajar”.

En ese sentido, Dreizik criticó al gremio de camioneros. “Parece que los muchachos de Moyano fueron a garantizar el normal funcionamiento de la empresa”, ironizó. Y agregó: “La CTA-Córdoba repudia el accionar de la empresa, que no tolera que los compañeros se integren a un nuevo gremio, y el del Sindicato de Camioneros porque es funcional a Brinks que, al igual que Prosegur y Bacar, le pagan un canon de 300 mil pesos para poder trabajar sin problemas”, denunció.

A su turno, Diego Guerra remarcó que “mientras el Sirecuva se preocupó por reincorporar a los trabajadores despedidos, Camioneros se presentó para garantizar que la patronal pueda continuar flexibilizando e impidiendo que los compañeros se organicen y decidan cuál es el sindicato que los contiene y los represente. Evidentemente ellos prefieren a la CTA porque es autónoma de los partidos políticos, los patrones y los gobiernos”.