A las 6 de la mañana del sábado 9 de octubre, AGTPAC-CTA-FETERA comenzó el paro por tiempo indeterminado en las dos estaciones de servicio de la empresa Risatti SACIF de la localidad de Laboulaye en reclamo por la reincorporación del compañero Walter Alvarez despedido injustamente después de 17 años de trabajo.

Alvarez fue cesanteado por haber denunciado junto a un grupo de compañeros a la empresa ante la Secretaría de Trabajo de la provincia de Córdoba por no cumplir con el Convenio Colectivo de Trabajo y los derechos laborales de los compañeros. Así se lo comunicó Ricardo Risatti al compañero en el momento de despedirlo, así como también le comunicó que detrás de él iba a continuar con el despido del resto de los compañeros.

También se repudiaba el despido de una compañera embarazada que fue despedida por presentar un certificado médico y haber sido vista caminando en el centro. La otra irregularidad fue que es despedida después de dos meses de presentado el certificado, ¿qué raro no?. La empresa dice que desconocía que la compañera estaba embarazada al momento del despido pero al momento de indemnizarla se la indemnizó como a una embarazada, ¿quién entiende no?. Si no sabían que está embarazada porque la indemnizaron como tal. Esta compañera por presión de su entorno, ya que es familiar de los Risatti, fue presionada para arreglar.

La modalidad del paro fue no atender al público y a medida que la gente llegaba se le explicaba las razones del paro y se le entregaba un volante. Lo que hay que destacar es la solidaridad de la gente que en ningún momento se enojó o molestó sino que todo lo contrario apoyaba el reclamo de los compañeros.

Hay que destacar y felicitar a todos los compañeros y a la familia de estos que concurrieron al lugar del paro por solidarizarse con un compañero despedido, lo que deja claro que el compañero despedido no era una mala persona o un mal compañero de trabajo.

Está claro que para defender a un compañero despedido no hace falta un gremio burócrata con un aparato como es el gremio petrolero de Córdoba (SINPECOR) al cual en 60 años nunca le preocuparon los compañeros despedidos y sólo le importa el aporte que estos realizan todos los meses. No es casual que ese gremio quería que se declarara ilegal el paro, ¿qué raro no?.