Por un lado, el que plantea la democracia, el pluralismo, la autonomía de la clase y por otro, el que representa el sindicalismo empresario, la traiciòn a los trabajadores, la patota.

Lamentablemente la lucha de los trabajadores por hacer realidad al primer modelo choca permanentemente con los defensores de las peores pràcticas burocràticas y mafiosas enquistadas en muchos gremios.

El asesinato del compañero Ferreyra es consecuencia de esa disputa. Los responsables son funcionales al poder. Es más, son sus socios.

Resulta impensada la construcción de una sociedad plural y democrática cuando desde las estructuras del Estado no se avanza en decisiones que garanticen la vigencia plena de la libertad y la democracia sindical. La negativa de otorgar la personería gremial a la CTA y a más de dos mil organizaciones sindicales es una prueba de ello.

Hoy como nunca adquiere especial relieve la existencia de la Central de Trabajadores de la Argentina.

Desde la AJB repudiamos el asesinato del compañero a la vez que exigimos la condena de los autores intelectuales y materiales.

Asimismo sumamos nuestra adhesión a las distintas acciones que se dispongan a raíz de estos hechos.