
Apareció en todos los canales de televisión denunciando que trabajaba de sol a sol, aún el día de su cumpleaños, que nunca había tenido “Día del niño”, dijo que manipulaba veneno. Se hicieron denuncias ante la Justicia, hubo inspecciones del Ministerio de Trabajo. Finalmente, Ezequiel que contrajo un tumor atribuido a los agrotóxicos murió ayer a la edad de 7 años.
Gustavo Vera, de la Organización Social La Alameda, habló con ACTA de lo que sucede en las Granjas de la familia Loaces, y que no es un caso aislado sino parte de un sistema de impunidad solo posible al amparo de grandes y poderosas complicidades.
¿Desde cuándo vienen denunciando lo que pasa en las granjas de la empresa “Nuestra Huella”?
No se trata de un caso aislado. Es una de las 140 denuncias que hemos presentado por trabajo esclavo. En nuestra larga trayectoria en este tema nos encontramos con jueces complicados, algunos honestos, otros criticables pero lo que pasa en este caso no tiene nombre… Realizamos todas las presentaciones posibles. Hay dos causas abiertas hace tres años. Los medios nos acompañan publicando las denuncias. Hasta “La Nación” que no puede ser calificado como un medio enemigo de los empresarios del campo, encontró que había un límite y tituló: “Niños que manipulan veneno”.
Ezequiel apareció por todos los canales, dijo que trabajaba del sol a sol, que no tenía descanso ni en su cumpleaños, que no había “Día del niño” para él. Y nadie hizo nada. Cuando se murió, no había ningún funcionario al lado de su cama. En el Centro Gallego solo estaban los medios.
¿Quiénes son los dueños de la granja donde trabajaba Ezequiel?
El dueño histórico es Carlos Loaces quien se murió en el año 2008. Ahora, figuran en la sociedad su esposa e hija. Como presidenta de la sociedad aparece María López Carmero, prima hermana del intendente de Pilar, Humberto Zucaro, y cuñada del secretario general de UATRE, el gremio de los peones de campo de esa localidad, Jorge Herrera. El ex intendente de Pilar era a su vez abogado de la empresa que tiene establecimientos en Zárate, Pilar y Capilla del Señor. Como se ve, relaciones no le faltan a esta familia.
En el campo, uno ve los camiones cargados de pibes que van a la recoger ajo…
No sçolo ajo. El trabajo esclavo y de menores se abunda en la recolección de cebolla, zapallo, vid, frutillares… Hemos presentado denuncias contra las ladrilleras. No se ve lo que no se quiere ver. ¿Cuántas denuncias se presentaron por los ajeros de Mendoza?. Desde el gobierno se ponen algunas guarderías. ¿Y la Justicia?. ¿Qué hace la Justicia?.
Concretamente, ¿los Loaces tiene posibilidades de ir a juicio?
Iniciamos la causa en el 2008. Hay cuarenta testimonios de víctimas. Verificaciones del Ministerio de Trabajo. Se confirmó la existencia de alambres electrificados en las granjas. Están las pruebas de malformaciones producto de los agroquímicos que afectan a varios trabajadores. No hace falta nada para que el caso vaya a juicio oral. Falta Justicia, eso sí.
¿Qué pasaría con la gente de las explotaciones?
Pedimos que las granjas y las herramientas se expropien y sean administradas por el Ministerio de Agricultura o el INTA, que a su vez organizará cooperativas formadas por los propios trabajadores. Ya se hizo en el país. Y en Brasil ya es algo normal. Terminar con el trabajo esclavo no es solo meter tras las rejas a los explotadores. Hay que devolverle la dignidad al trabajador. Sólo así se hace justicia.
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