En un homenaje organizado por la Asociación Gremial Docente se recordaron ayer a las víctimas de las explosiones de la Planta Piloto al cumplirse el tercer aniversario de la tragedia en la que perdieron la vida el estudiante de la Facultad de Ingeniería Juan Politano y los docentes Liliana Giacomelli, Carlos Rabera, Damián Cardarelli, Gladis Baralla y Miguel Mattea. Las explosiones de la Planta Piloto tuvieron lugar el miércoles 5 de diciembre de 2007 poco después de las 10.

El homenaje fue organizado por el gremio docente en el marco del curso “Derechos Humanos como fundamento de la vida político-cultural de una sociedad democrática”, coordinado por el abogado Vicente Zito Lema.

Unas 50 personas participaron en el aula 113 del pabellón 2, a las 11, para compartir este momento, entre familiares, amigos, docentes, no docentes y estudiantes.

Esta vez, el aniversario llega con un clima más distendido en el campus. Los acuerdos en las causas civiles ocurridos el 30 de junio con las familias Giacomelli, Cardarelli, Baralla y Mattea, y la semana pasada con Politano, lograron descomprimir la relación entre los familiares y las autoridades universitarias. Además, las conciliaciones concluyeron con la renuncia de los familiares como querellantes en la causa penal que instruye el juez Carlos Ochoa.

En el homenaje, Claudio Ceballos, viudo de Liliana Giacomelli, dijo que “es necesario mantener viva la memoria para que esta tragedia que nos marcó a todos no se pierda en el camino. En este andar luchando me encontré con el término resiliencia que tiene que ver con la forma en que llevamos adelante esta lucha donde hemos tenido que aprender muchas cosas con nuestros hijos, con errores pero con amor”.

“Creo que nuestro compromiso ahora es el de seguir manteniendo de manera sustentable en el tiempo el recuerdo de todo lo que ocurrió para que realmente esto sea un nunca más. Pido a todos que renovemos nuestro compromiso de lucha”.

Osvaldo Simone, viudo de Gladys Baralla, expresó: “Las palabras de Claudio nos muestran que estos tres años no han pasado en vano. Creo que demuestran que más allá de lo irreparable del dolor los avances que hemos logrado han sido importantes. Y en este contexto debemos sostener mensajes de esperanza y redoblar esfuerzos para mantener viva la memoria sobre lo ocurrido y tenerlo como un aprendizaje tanto en lo familiar como en lo institucional porque tenemos que vivir mejor colectivamente”.

Fabiana San Martín, viuda de Damián Cardarelli, dijo: “Nuestros hijos pequeños nos hacen reflexionar permanentemente porque tenemos que significarle con optimismo la vida que ellos tienen por delante, mas si yo estoy decaída ellos lo sienten. Ayer leí un poema de Elena Berruti, que escribió para el primer aniversario, donde hablaba de la partida de los seres queridos y de los vínculos que nos unen hondamente o nos desunen. Creo que debemos profundizar esos vínculos que nos unen. Los vínculos de amor de la gente, que yo he sentido en estos años, y de la comunidad universitaria también. Ojalá que este vínculo sirva para seguir aprendiendo. Y el dolor es lo que más nos enseña”.

Mabel Gremiger, viuda de Hugo Mattea, sostuvo que “la Universidad Nacional de Río Cuarto era todo para Miguel, él destinaba todo para la Universidad. Quiero decirles -continúo- que yo postergué el duelo por dos años porque estaba tan desconcertada con lo que hizo la Universidad. Pasamos a ser los innombrables. Pero ahora quiero reconocer a las autoridades porque nos han reconocido como familia, porque esto significa reconocer la vida de quienes dieron su vida. Para mí hubo un antes y un después. A partir de allí empecé a elaborar la pérdida”.

Una tragedia evitable

El secretario General de la Asociación Gremial Docente (AGD-CTA), Jorge Adaro, señaló: “Creemos importante realizar este homenaje en el marco del curso de Derechos Humanos que está dictando Vicente Zito Lema. Precisamente este curso refiere a los Derechos Humanos que nos faltan. Y si esto hubiera sido tenido en cuenta hace tres años se hubiera evitado lo que pasó. Desde el gremio hemos intentado atenuar el dolor de los familiares de las víctimas. Creo que este curso es un contexto justo para que se trate este tema de la Plata Piloto”.

“Conocer la verdad”

“Entiendo que se debe continuar en el esclarecimiento concreto de cuáles han sido las circunstancias de la tragedia, que queden claras las responsabilidades penales o civiles, si es que existen, de cada uno que estuvo vinculado a este hecho. Me parece que la verdadera reparación de las desgracias es cuando se sabe la verdad de los hechos. No podemos dejar en la oscuridad las desgracias porque nunca terminan de cicatrizar bien. Buscar la verdad no hay que verlo como un deseo de perjudicar a la institución. De lo que se trata simplemente es que queden claras las cosas”, destacó Zito Lema. “De todas maneras un acontecimiento tan doloroso como el ocurrido no tiene manera de repararse”, dijo.

Fuente: Diario Puntal de Río Cuarto