En la primavera Camporista del año 1973, los militantes de la época impulsaban denuncias en el Ministerio de Trabajo para inspeccionar a los peones de las “quintas” que rodean las grandes ciudades y aparecían a diario estas mismas situaciones. No hay episodios aislados sino una cadena histórica que solo se puede cortar con políticas públicas y controles permanentes

Lo importante de la decisión del Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires, es, precisamente, esta voluntad de escarmentar esta practica ancestral que se repite constantemente en tareas rurales que exhiben a las patronales más favorecidas por la actual coyuntura económica. Someter a condiciones infrahumanas de explotación a los más pobres no se explica por el costo salarial que representa su trabajo, es la escencia de un modo de producción y de apropiación de las riquezas.

Hace menos de 5 años los compañeros de la CGT de San Lorenzo protagonizaron una denuncia que mostró el mismo paisaje con peones de una empresa maderera en aquella región de Santa Fe. Los trabajadores de Wanda en Misiones a través del sindicato de la madera enfrentaron a la gendarmería con sus motosierras en marcha cuando pretendieron desalojarlos de una ruta que estaban cortando por estas mismas razones.

Cada vez que los gobiernos descriminalizan la lucha de los trabajadores estos hechos lacerantes para la conciencia humana ganan la portada de los noticieros. Es bueno recordar todas estas luchas para no trasformar este escándalo en un episodio coyuntural de fácil resolución. No solo los sindicatos deben reaccionar sino también los propios empresarios que respetan las leyes laborales deben repudiar este verdadero dumping social de trabajo esclavo y paga a voluntad de los patrones.

¿No será acaso este el primer punto a abordar en la convocatoria al diálogo social que se está anunciando en estos días?. Resulta intolerable la presión de la “mesa de enlace” a reconocer el derecho a los trabajadores rurales a una jornada legal de 8 horas y al trabajo registrado con todos los beneficios que otorga la ley a los trabajadores en relación de dependencia. Si esto se concretara el trabajo no registrado verificaría una baja histórica en relación a los porcentajes que hoy se registran a pesar del crecimiento económico. La distribución de las riquezas no se decreta, se construye en medidas concretas, una a una atacando los núcleos más duros que se dan donde las patronales son más salvajes.

La Historia de los trabajadores santiagueños esclavizados por NIDERA en San Pedro debe ser un punto de partida y un llamado profundo a los sindicatos y centrales sindicales para colocarnos a la altura de las exigencias de este tiempo que vivimos. La esperanza no es un virtud bíblica, es una construcción humana colectiva que requiere del concurso militante de los que queremos un país más justo y humano y ello es definitivamente POSIBLE.