
Transitamos una época histórica que, gracias a la resistencia de los 90 con la CTA al frente y a los incontrovertibles cambios y avances operados en el país desde 2003 en adelante, surge como una alternativa esperanzadora.
Cerca ya de cumplirse 35 años del golpe de estado nuestro pueblo sigue apoyando activamente el juzgamiento a los genocidas. También valora otros avances sociales y democráticos como lo son la recuperación y control de los fondos privatizados de jubilación y pensión, la aplicación de la asignación universal por hijo, la reestatización de Aerolíneas Argentinas, la sanción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, la plena vigencia de las convenciones colectivas de trabajo, la sistemática disminución de la tasa de desempleo y la inclusión de vastos sectores marginados, la legalización del matrimonio igualitario, la derrota del ALCA y el afianzamiento de la integración continental con la UNASUR, el MERCOSUR y la recuperación del papel autónomo en los foros internacionales.
Sabernos parte de esta nueva época histórica nos compromete aún más con ella. Para defender lo alcanzado y para ir por más , ratificando a la vez el principio innegociable de la autonomía de nuestra Central. Autónomos para acompañar los cambios, para incidir en ellos y protagonizarlos y, sobre todo, para garantizar su profundización avanzando en el camino de la democracia real que sólo puede ser entendida como mayor intervención ciudadana, más libertad sindical y más redistribución de los ingresos y las riquezas.
No se nos escapa, sin embargo, que los poderes fácticos no están dispuestos a ceder. Lo han evidenciado en 2008, con el conflicto agrario y no ocultaron sus intenciones de intensificar su ofensiva tras el resultado electoral de 2009. Aunque la sorpresiva muerte de Néstor Kirchner los puso frente a un escenario de respaldo popular a la Presidenta que no se esperaban. Ante eso optaron por el recurso de las provocaciones, en la que vuelven a aparecer los que utilizan la violencia como un medio para frenar a los sectores populares y enrarecer el clima político, intentando desgastar el amplio consenso que apoya los cambios en marcha. Como parte de eso hay que entender la instigación a la ocupación de predios como el Parque Indoamericano –con su secuela de heridos y muertos por balas policiales-; el asesinato del compañero Mariano Ferreyra, a manos de mercenarios de la Unión Ferroviaria, amparado por la demostrada complicidad de las fuerzas de seguridad; los crímenes del gatillo fácil de la policía bonaerense y de otras provincias.
Para enfrentar esto los trabajadores sabemos –porque nuestra propia experiencia histórica así nos lo enseña- que es imprescindible la movilización. El modelo sindical que convirtió a los Pedraza, Venegas y Zanola en explotadores de sus propios compañeros y ahora, de un modo fehaciente para los ferroviarios, en asesinos de sus opositores, es un modelo que se inició con el colaboracionismo y el vandorismo y se consumó claramente a partir de 1976, apelando al disciplinamiento violento y la parálisis de los trabajadores. Por eso consideramos imprescindible hacer justicia en el caso del asesinato del joven Ferreira, sosteniendo como hasta ahora el avance de las causas judiciales, sin interferencias ni dilaciones.
Movilizarnos, entonces, para exigir la libertad de agremiación y el reconocimiento a nuestra Central, que ha tenido en estos ultimos dias un nuevo aval por parte del Comité de expertos la OIT, es parte indisoluble de la exigencia más vasta de mayor democracia para enfrentar toda forma de autoritarismo y abuso de poder.
Movilizarnos, también, porque en este año crucial para el futuro de nuestro pueblo y de nuestra Patria se decidirá la continuidad del proyecto de cambios que después del estallido del 2001, empieza a concretarse en el proceso inaugurado en el 2003 con el gobierno de Nestor Kirchner. La disputa es por profundizar estos cambios o volver al viejo orden anclado en 1976.
Movilizarnos para avanzar en el programa de propuestas y demandas de la Agenda Social que, junto con esta Declaración, este Plenario Nacional aprueba por unanimidad.
Con estos principios, y tras los objetivos trazados, marchamos a conmemorar el próximo 24 de marzo como un hito de nuestro plan de acción política. Lo hacemos imbuidos del ejemplo imborrable que nos dejaron los que antes que nosotros dieron la vida por un sindicalismo de lucha y de compromiso con los trabajadores, lejos, muy lejos de los que hoy lo enlodan con negocios, crímenes y abusos de poder. En ese ejemplo nos inspiramos para seguir levantando orgullosos las banderas de nuestra CTA.
Buenos Aires, 25 de febrero de 2011
recibir ACTA en tu correo electrónico
Piedras 1065 - Ciudad de Buenos Aires - República Argentina
(5411) 4307-6932 - prensa@cta.org.ar - www.cta.org.ar
sitio desarrollado en SPIP y alojado en www.redcta.org.ar